Tradução em breve. Para reflexão.
Nuestro benemérito Francisco ha firmado en cinco minutos lo que el tembloroso Benedicto venía preparando y no se atrevía. Por el Motu Proprio del 11 de julio del primer año de correrías de Franchesco, el Vaticano internacionaliza su derecho penal – procesal y administrativo incluido- haciendo válidas para el estado Vaticano las leyes que en variados aspectos establece la ONU. Recurran a la noticia (ver Panorama Católico), pero vaya por este una traducción al vulgar. El Vaticano acepta como legislador a la ONU, ella es la que dirá de ahora en más quién es terrorista, qué dineros son buenos o malos, quién daña a los niños (ojo con Sócrates, porque lo parten) y quienes no debe ser discriminados por raza, sexo, credo y etc. Es más, ellos dicen de ahora en adelante qué corno es una raza, cuántos sexos hay y por donde se ejercen, y ni que hablar de credos. En fin, Francisquito podrá decir que hay un Lobby Gay, pero más vale que lo malo sea por lo de Lobby y no por lo de Gay, ya que desde el 1 de Setiembre más vale que no toque un bufarrón por razón de sus picazones traseras, ya que ha firmado una convención internacional en la que nada puede hacer en contra de alguien que decide su sexo a partir de las variantes ya sabidas y las por descubrir. Casi nada.
El asunto es también que ningún católico puede refugiarse en el Vaticano, ya que bastaría que algún estado con cierto poder lo acuse de terrorista, pedófilo, lavador de dinero o algo parecido, para que pueda sacarlo de entre las faldas del Papa sin miramiento alguno. Soberanía Vaticana Caput.
Pero algo más. Resulta que había que decir algo sobre las "fuentes del derecho Vaticano", ya que estaban establecidas a la antigua dentro de las romanas tradiciones, y había que receptar estas convenciones internacionales teñidas de derecho anglosajón. Convenciones que resulta que implican definiciones sobre lo que está bien o mal, que son suscriptas de antemano por el Vaticano. Me explico: definiciones a medias, a medio hacer y siempre por cambiar, en el claro estilo del naturalismo democratista moderno; es decir que el Vaticano no sólo suscribe algo que está escrito, sino que suscribe la legitimidad de algo que está por decirse. En suma, espero que el Espíritu Santo se traslade a una oficina de la ONU porque la misma comienza a definir de forma infalible.
¿Cree que exagero?
Escuche. El derecho son los diez mandamientos. Después vienen un montón de reglamentos para uso de los abogados. Pero el derecho no puede decir qué es lo que está bien y lo que está mal. Eso lo dice el Tata Dios y delega en su Iglesia el ir detallando sobre el asunto. Si el hombre quiere definir lo que está bien o mal, pues hace lo de Adán y Eva con el problema de aquel árbol y todo se va a la mierda. Pero Francisco deja que la ONU haga el trabajo que a él corresponde, y de ahora en más diga qué es terrorismo; que está mal hacer con los niños; y qué se considera un delito o falta sexual.
En descargo debemos tener en cuenta que Francisco es argentino y que acá suscribimos todas las leyes que se nos ponen a mano y sólo aplicamos la que se nos canta el higo, ya que si queremos salvar a alguien siempre hay tela por otro lado y si queremos condenarlo… lo mismo. Este viejo peronista sabe que no tiene sentido cargarse un enemigo en la ONU, siendo que si quiere sacarse de encima alguno de la retambufa, lo acusa de otra cosa y listo el pollo. No hay razones para andar queriendo "definir"… vamos a lo práctico. Este palurdo del alemán anterior le daba muchas vueltas al asunto. Armaba bien la jugada pero no sabía meter el gol.
Dardo Juan Calderón
Visto em: http://onlinebaires.com/articulo/hablando-mal-y-pronto-vaticano-sin-fronteras.
FALANDO CURTO E GROSSO: VATICANO SEM FRONTEIRAS
Nuestro benemérito Francisco ha firmado en cinco minutos lo que el tembloroso Benedicto venía preparando y no se atrevía. Por el Motu Proprio del 11 de julio del primer año de correrías de Franchesco, el Vaticano internacionaliza su derecho penal – procesal y administrativo incluido- haciendo válidas para el estado Vaticano las leyes que en variados aspectos establece la ONU. Recurran a la noticia (ver Panorama Católico), pero vaya por este una traducción al vulgar. El Vaticano acepta como legislador a la ONU, ella es la que dirá de ahora en más quién es terrorista, qué dineros son buenos o malos, quién daña a los niños (ojo con Sócrates, porque lo parten) y quienes no debe ser discriminados por raza, sexo, credo y etc. Es más, ellos dicen de ahora en adelante qué corno es una raza, cuántos sexos hay y por donde se ejercen, y ni que hablar de credos. En fin, Francisquito podrá decir que hay un Lobby Gay, pero más vale que lo malo sea por lo de Lobby y no por lo de Gay, ya que desde el 1 de Setiembre más vale que no toque un bufarrón por razón de sus picazones traseras, ya que ha firmado una convención internacional en la que nada puede hacer en contra de alguien que decide su sexo a partir de las variantes ya sabidas y las por descubrir. Casi nada.
El asunto es también que ningún católico puede refugiarse en el Vaticano, ya que bastaría que algún estado con cierto poder lo acuse de terrorista, pedófilo, lavador de dinero o algo parecido, para que pueda sacarlo de entre las faldas del Papa sin miramiento alguno. Soberanía Vaticana Caput.
Pero algo más. Resulta que había que decir algo sobre las "fuentes del derecho Vaticano", ya que estaban establecidas a la antigua dentro de las romanas tradiciones, y había que receptar estas convenciones internacionales teñidas de derecho anglosajón. Convenciones que resulta que implican definiciones sobre lo que está bien o mal, que son suscriptas de antemano por el Vaticano. Me explico: definiciones a medias, a medio hacer y siempre por cambiar, en el claro estilo del naturalismo democratista moderno; es decir que el Vaticano no sólo suscribe algo que está escrito, sino que suscribe la legitimidad de algo que está por decirse. En suma, espero que el Espíritu Santo se traslade a una oficina de la ONU porque la misma comienza a definir de forma infalible.
¿Cree que exagero?
Escuche. El derecho son los diez mandamientos. Después vienen un montón de reglamentos para uso de los abogados. Pero el derecho no puede decir qué es lo que está bien y lo que está mal. Eso lo dice el Tata Dios y delega en su Iglesia el ir detallando sobre el asunto. Si el hombre quiere definir lo que está bien o mal, pues hace lo de Adán y Eva con el problema de aquel árbol y todo se va a la mierda. Pero Francisco deja que la ONU haga el trabajo que a él corresponde, y de ahora en más diga qué es terrorismo; que está mal hacer con los niños; y qué se considera un delito o falta sexual.
En descargo debemos tener en cuenta que Francisco es argentino y que acá suscribimos todas las leyes que se nos ponen a mano y sólo aplicamos la que se nos canta el higo, ya que si queremos salvar a alguien siempre hay tela por otro lado y si queremos condenarlo… lo mismo. Este viejo peronista sabe que no tiene sentido cargarse un enemigo en la ONU, siendo que si quiere sacarse de encima alguno de la retambufa, lo acusa de otra cosa y listo el pollo. No hay razones para andar queriendo "definir"… vamos a lo práctico. Este palurdo del alemán anterior le daba muchas vueltas al asunto. Armaba bien la jugada pero no sabía meter el gol.
Dardo Juan Calderón
Visto em: http://onlinebaires.com/articulo/hablando-mal-y-pronto-vaticano-sin-fronteras.
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