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quarta-feira, 15 de janeiro de 2014

Ni hermanos mayores, ni pueblo elegido.

Interessante reflexão sobre esse tema: os Judeus são nossos "irmãos maiores" (mais velhos); eles são o povo eleito? Está em espanhol, mas para nós, de língua portuguesa, não chega a ser um problema. 

É um tema recorrente no Blog PORQUE, mesmo em círculos que se dizem tradicionalistas, já se instalou a confusão, por causa, sobretudo, da autoridade dos que nos confundem! Ou tentam... É por demais sabido que DOM Fellay declarou publicamente que os Judeus são, sim, nossos "irmãos maiores", o que é, no mínimo, um disparate
Para mim, a solução dessa questão é simples: 
  • Quem é meu irmão? Quem é filho de meu pai e de minha mãe.
  • Nesse caso, quem é meu pai e quem é minha mãe? Meu Pai é a Santíssima Trindade, minha Mãe é a Igreja Católica. 
  • Logo... por que lado os Judeus seriam meus irmãos mesmo? 

E, diga-se de passagem e aproveitando o ensejo, o mesmo vale para os protestantes e todo gênero de "sensibilidade religiosa" que possa haver!

Para mim, isso é simples e fácil. E, francamente, não entendo por que ainda há dúvidas. 

Aproveitem a leitura! 


* * *



Ni hermanos mayores, ni pueblo elegido


En las últimas horas [publicado en 03/05/2013], innúmeras crónicas periodísticas nos hablan que durante esta semana en Roma, Francisco y Shimon Peres - presidente del estado sionista de Israel- mantuvieron un encuentro amistoso.

No nos asombra dicha reunión, ni tampoco nos deja atontados, como les sucedió a algunos compañeros de ruta; al contrario, somos conocedores de la admiración que Francisco tiene por la cultura judía (incluyendo lo religioso, negador del catolicismo) y el silencio que tiene respecto de la impunidad que gozan  los crímenes cometidos por el estado de Israel.


Por información empírica, objetiva, pretérita y actual, sabemos bien que Francisco profundizará la relación con el judaísmo en perjuicio del catolicismo romano.

Resulta innegable que Francisco adhiere doctrinariamente a la Declaración de Seelisberg, la cual detrás de una presunta inocencia o bondad esconde una voluntad maliciosa y una finalidad destructiva para con Nuestra Madre, la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

Pero no solamente la conoce, sino que está dispuesto a ir más allá de lo que se estipuló formalmente en la ciudad suiza de Seelisberg en el año 1947.

No se nos escapa el hecho de que hay amigos lectores que no conocen lo acordado en Seelisberg y su desarrollo histórico, por eso en otra entrada vamos a ofrecerle objetivamente lo que significan los Diez Puntos elaborados allí y su importancia en la actualidad religiosa y cultural de Occidente.

En Mayo del 2012, el cardenal Kurt Koch, presidente de la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo del Vaticano  afirmó:


“El objetivo de la reunión de Seelisberg fue establecer nuevas bases para el diálogo entre judíos y cristianos, y estimular el entendimiento mutuo. Así se redactaron los ‘Diez Puntos de Seelisberg’, un documento innovador que de alguna manera influyó, años más tarde, en la Declaración Conciliar Nostra Aetate”
Porque nos preocupa en serio la salvación de nuestras almas, porque no queremos caer en la ignorancia culpable y/o responsable de la crisis creciente de la Iglesia y porque no pregonamos ningún falso ecumenismo, publicamos fragmentos que reflejan el pensamiento de San Lorenzo de Brindisi, los cuales fueron tomados del libro “¿Quién mató a Jesucristo?” del sacerdote italiano Isidoro Da Alatri O.F.M.

     “En su Opera Omnia , San Lorenzo de Brindisi (1559-1619) habla repetidamente de la muerte de Cristo y acusa a los judíos  como los principales actores de esta muerte.

    Afirma claramente que los judíos  fueron perdidos por  la ambición y la avaricia (I, 341, II, 61), a pesar de la admiración que sentían por la doctrina de Cristo (II, 356-357) .

    Así, enceguecidos, recibieron  un justo castigo de Dios, ellos no creen en Cristo, a pesar de todos los milagros que presenciaron (I, 71, II, 240, 359, 390). Ellos despreciaban al mismo Cristo (III, 140), odiándolo (I, 492, 515), incluso llegando tan lejos como para  matarlo. (II, 43)

    En la dureza de su corazón, se burlaron y calumniaron  sus milagros (I, 335, II, 136, 364, 390) llegando a la locura increíble de preferir la liberación de Barrabás y la muerte de Cristo (III, 302 ).

    Por tanto, con justicia fueron condenados por Dios (II, 53) y como castigo por su maldad perecieron en la matanza de Jerusalén (I, 55), producida cuarenta años después de la muerte de Cristo (III, 359). También como castigo por este crimen,  fueron llevados a la esclavitud perpetua (II, 392, III, 292), mucho peor que la esclavitud de Babilonia, peor que la de Egipto (I, 337).

    Los judíos odiaban a Cristo porque Él denunció y  condenó sus vicios (III, 1), debido a  que eran ambiciosos y avaros (III, 168, 180).

    Porque ellos estaban llenos del espíritu diabólico (III, 32, 70, 122), tenían una voluntad depravada (III, 180). Haciendo caso omiso de su divinidad (III, 14) por  sugerencia de demonios (II, 332), temían la llegada de su reinado (II, 361).

    Pero Cristo no sólo declaró  ser Dios y verdadero Hijo de Dios, sino que la evidencia de sus obras prodigiosas han confirmado su afirmación (III, 104). La negación de Su Divinidad por parte de los Judíos se originó en  su deseo depravado y perverso (I, 342).

    Y -dice el santo Doctor- este desconocimiento  por  afección  perversa  ‘es la causa de todos sus  males’, de la ruina de los judíos y ello todavía los mantiene fuera de la Iglesia, sin la cual no podemos esperar la salvación.

    En otras palabras: la llamada ignorancia de los judíos  cuando les  preguntaron e impusieron la muerte de Cristo a Pilatos es  totalmente culposa. ‘Si muchos no quieren oír la verdad, dice San Lorenzo de Brindisi,  es sólo por el afecto perverso de la mente o la voluntad. Y así  el corrompido  nunca va a entender la dignidad de la castidad, el ambicioso no entenderá la gloria de la humildad. Por eso Cristo dijo a los Judios: ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que sólo de Dios viene?  . (Juan V, 44) ” . ‘Por lo tanto -concluye el Santo Doctor- por su inteligencia corrompida  por la codicia y la ambición, no reconocieron  a Cristo, y fueron justamente castigados.’

    ‘Por estas razones, y otras que omitimos aquí -dice el Santo Doctor- la Sinagoga miserable y desgraciada  fue declarada culpable y condenada y reprobada  por Dios y, en su lugar, fue elegido otro pueblo que forma la Iglesia, en la cual entraron la multitud de naciones por entonces paganas.’

    La ley de Moisés fue dada solamente al pueblo judío y ello lo diferenciaba de otras naciones, pero cuando vino Jesucristo estremeciendo toda la ciudad,  le dio la Ley a todos los pueblos: ‘Mi casa es una casa de Oración para todas las naciones’ (I, 313, 314)

    Por lo tanto, el pueblo judío, anteriormente elegido, ya no lo es , porque en su lugar se llamó a todas las naciones a las cuales fue anunciado el Evangelio a través de los Apóstoles y a los que les siguen a través de los siglos, continuando la misión.

    En este nuevo pueblo, elegido por la Fe recibida de Cristo, todo el mundo, incluso el pueblo judío,  puede integrarlo, si acepta  el Mensaje, si reconoce que Cristo es el verdadero Mesías y que solamente Él es la Salvación, como San  Pedro  le declaró al pueblo judío que lo escuchó en Jerusalén. (Hechos, IV, 12)”
Veritas liberabit vos

FONTE: http://tradiciondigital.es/2013/05/03/ni-hermanos-mayores-ni-pueblo-elegido/.
 

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