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quarta-feira, 23 de janeiro de 2013

SYLLABUS: Ingenuidade ou cumplicidade?

Aguardem a tradução em breve:

¿INGENUIDAD O COMPLICIDAD?





“Hay hombres en la curia vaticana que no trabajan al servicio del Papa, sino para otros. (…)
Uno de ellos es la mafia que busca el dinero con negocios de la Iglesia. En este sentido hay escándalos terribles. Otro grupo, más peligroso, son los francmasones; hay tres o cuatro logias específicas para los obispos y sacerdotes del Vaticano que buscan usar la Iglesia para alcanzar la unión de todos los pueblos y religiones. El Papa actual está en contra de esto y trabaja para limpiarlo. Hasta ahora hizo una parte de este trabajo en silencio, encargando a pequeños grupos fieles que estudiaran algún tema, como por ejemplo, el motu proprio sobre la misa en latín”.
Monseñor Fellay, entrevista a diario La Nación, 27 de agosto de 2007.


"El Papa actual está en contra de esto y trabaja para limpiarlo".

¿En serio?


Benedicto XVI haciendo limpieza:




El Papa y su compromiso con el Nuevo Orden Mundial:

Fragmentos del Discurso del Papa Benedicto XVI en las Naciones Unidas, Nueva York,  Viernes 18 de abril de 2008


“Las Naciones Unidas encarnan la aspiración a “un grado superior de ordenamiento internacional” (Juan Pablo II, Sollicitudo rei socialis, 43), inspirado y gobernado por el principio de subsidiaridad y, por tanto, capaz de responder a las demandas de la familia humana mediante reglas internacionales vinculantes y estructuras capaces de armonizar el desarrollo cotidiano de la vida de los pueblos. Esto es más necesario aún en un tiempo en el que experimentamos la manifiesta paradoja de un consenso multilateral que sigue padeciendo una crisis a causa de su subordinación a las decisiones de unos pocos, mientras que los problemas del mundo exigen intervenciones conjuntas por parte de la comunidad internacional.”
“El reconocimiento de la unidad de la familia humana y la atención a la dignidad innata de cada hombre y mujer adquiere hoy un nuevo énfasis con el principio de la responsabilidad de proteger. Este principio ha sido definido sólo recientemente, pero ya estaba implícitamente presente en los orígenes de las Naciones Unidas y ahora se ha convertido cada vez más en una característica de la actividad de la Organización. Todo Estado tiene el deber primario de proteger a la propia población de violaciones graves y continuas de los derechos humanos, como también de las consecuencias de las crisis humanitarias, ya sean provocadas por la naturaleza o por el hombre. Si los Estados no son capaces de garantizar esta protección, la comunidad internacional ha de intervenir con los medios jurídicos previstos por la Carta de las Naciones Unidas y por otros instrumentos internacionales. La acción de la comunidad internacional y de sus instituciones, dando por sentado el respeto de los principios que están a la base del orden internacional, no tiene por qué ser interpretada nunca como una imposición injustificada y una limitación de soberanía”.
“La promoción de los derechos humanos sigue siendo la estrategia más eficaz para extirpar las desigualdades entre Países y grupos sociales, así como para aumentar la seguridad”
“El diálogo debería ser reconocido como el medio a través del cual los diversos sectores de la sociedad pueden articular su propio punto de vista y construir el consenso sobre la verdad en relación a los valores u objetivos particulares. Pertenece a la naturaleza de las religiones, libremente practicadas, el que puedan entablar autónomamente un diálogo de pensamiento y de vida. Si también a este nivel la esfera religiosa se mantiene separada de la acción política, se producirán grandes beneficios para las personas y las comunidades. Por otra parte, las Naciones Unidas pueden contar con los resultados del diálogo entre las religiones y beneficiarse de la disponibilidad de los creyentes para poner sus propias experiencias al servicio del bien común. Su cometido es proponer una visión de la fe, no en términos de intolerancia, discriminación y conflicto, sino de total respeto de la verdad, la coexistencia, los derechos y la reconciliación”.
“La actividad de las Naciones Unidas en los años recientes ha asegurado que el debate público ofrezca espacio a puntos de vista inspirados en una visión religiosa en todas sus dimensiones, incluyendo la de rito, culto, educación, difusión de informaciones, así como la libertad de profesar o elegir una religión”
“Mi presencia en esta Asamblea es una muestra de estima por las Naciones Unidas y es considerada como expresión de la esperanza en que la Organización sirva cada vez más como signo de unidad entre los Estados y como instrumento al servicio de toda la familia humana”.
“Manifiesta también la voluntad de la Iglesia Católica de ofrecer su propia aportación a la construcción de relaciones internacionales en un modo en que se permita a cada persona y a cada pueblo percibir que son un elemento capaz de marcar la diferencia”.
“Las Naciones Unidas siguen siendo un lugar privilegiado en el que la Iglesia está comprometida a llevar su propia experiencia “en humanidad”, desarrollada a lo largo de los siglos entre pueblos de toda raza y cultura, y a ponerla a disposición de todos los miembros de la comunidad internacional. Esta experiencia y actividad, orientadas a obtener la libertad para todo creyente, intentan aumentar también la protección que se ofrece a los derechos de la persona”
“En mi reciente Encíclica Spe salvi, he subrayado “que la búsqueda, siempre nueva y fatigosa, de rectos ordenamientos para las realidades humanas es una tarea de cada generación” (n. 25). Para los cristianos, esta tarea está motivada por la esperanza que proviene de la obra salvadora de Jesucristo. Precisamente por eso la Iglesia se alegra de estar asociada con la actividad de esta ilustre Organización, a la cual está confiada la responsabilidad de promover la paz y la buena voluntad en todo el mundo”.
Discurso del Papa Benedicto XVI en su visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, domingo 28 de mayo de 2006.

En realidad, con la destrucción de Israel, con la Shoah, querían en último término arrancar también la raíz en la que se basa la fe cristiana, sustituyéndola definitivamente con la fe hecha por sí misma, la fe en el dominio del hombre, del fuerte”.

Coincidente con las expresiones masónicas de Benedicto XVI en las masónicas Naciones Unidas:

Cristina Kirchner:
“América latina (...) va a defender la democracia, el derecho de las minorías, el derecho a pensar, vivir y orar al Dios que uno quiera” (Discurso ante el American Jewish Comitee en Washington. Clarín, 4 de mayo de 2007).



George W. Bush:
“Hoy nuestros ciudadanos profesan muchos y variados credos y damos la bienvenida a toda religión (...) Mi administración trabaja con nuestros aliados y amigos en todo el mundo para avanzar los valores comunes y difundir los beneficios de la libertad en cada rincón del mundo” (Proclama del “Día de la Libertad religiosa”, 16 de enero de 2007).


La Iglesia corrupta es funcional a los gobiernos corruptos: